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MENSAJE A LA NACIÓN DEL 28 DE JULIO DE 2019

Las elecciones generales de los medios de comunicación

A propósito del mensaje a la Nación del Presidente Vizcarra.

Publicado: 2019-07-30

Hace un par de días escuchamos el denso discurso del Presidente de la República Martín Vizcarra, se inventó cifras de crecimiento económico, prometió colegios, hospitales y demás, en fin, bastante predecible su mensaje. Luego serían recompensados los que se quedaron escuchándolo hasta el final, entre los que yo no me encuentro, obviamente.

Este artículo trata sobre el interesante anuncio que hizo el Presidente de proponer el adelanto de elecciones congresales y presidenciales para el 2020. ¿Qué supone este anuncio? Para comenzar hay que hacerse esta pregunta, cuya respuesta se desprende de la propuesta, es una salida política dentro del marco constitucional para cerrar el Congreso, nido de ratas que hace más de 25 años nos desangra a los peruanos. ¿Pero cuál es el problema si la mayoría estamos de acuerdo? En principio es una propuesta atractiva que nos brinda una salida prospera a los ciudadanos cansados de los espectáculos vergonzosos de este poder del Estado. No obstante, este eventual cierre supone un contenido político y legal muy potente, primero, porque nada garantiza que en las elecciones del 2020 tengamos un ataque de decencia y elijamos mejores representantes, segundo, no existe una alternativa de cambio viable para el 2020 ni para el 2021 ni para el 2031, en su ausencia tenemos nuevos Fujimorismos que luchan para ocupar su lugar, saben bien que esa posición les asegura atenciones del gran capital. ¿Entonces qué está en juego? Pues nada, tal cual están las cosas, el 2020 tendríamos un Fujimorismo con otro color partidario para sostener el quebradizo sistema neoliberal. ¿Entonces no se trata de la eterna lucha de la izquierda y la derecha? En parte si, por que un sector de la izquierda, principalmente la que tiene representación en el Congreso, no solo apoya, sino defiende las decisiones del Presidente, creyendo que las condiciones mejoran para la lucha contra el Fujimorismo y que se acercan a los pedidos de Nueva Constitución que fueron abrazados por todos. Quizá no les guste admitirlo, pero desde la izquierda chola vienen esas Voces de Cambio que ahora todos gritan al unísono.

Si tenemos una crisis política, la izquierda no es la abanderada de los cambios y siguiendo mi tesis es una disputa de derechas por las caricias del gran capital. ¿Qué tiene que ver los medios de comunicación a todo esto? A diferencia de tiempos pasados, la prensa se constituye ya no solo como un cuarto poder, ahora es quizá el primer poder del Estado, sin responsabilidad funcional ni organismo regulador que se atreva a fiscalizarla, ¡eso sería un atentado contra la libertad de prensa! Acto seguido, nos venden un escenario para sus jefes, los que pagan sus sueldos: es decir los anunciantes, que irónicamente somos todos los peruanos actualmente (publicidad estatal). Un Estado débil con una crisis económica en camino propio del sistema, con un Parlamento de oportunistas y advenedizos que propugnan cada 5 años asaltar los puestos públicos para beneficiar a sus mecenas, con una larga tradición de corrupción que el Presidente descubrió el año pasado, que nos espera sino es el desastre. Vizcarra es un tipo bien asesorado, si no puedes gobernar confronta, si no tienes grandes reformas que anunciar, tírale la pelota al enemigo, anuncia más colegios y hospitales y abandona el barco antes que se hunda. Mientras estos cálculos se realizan por Lima, en provincias aumenta el descontento y las ganas de forjar una cruzada de expectoración a la clase política incrementa. ¿Cómo detenerla? Los medios de comunicación nos darán la solución y nos dirán quien es el enemigo, sus analistas pseudo constitucionalistas brindarán una salida legal para no espantar las inversiones, como si un par de paros pudieran detener el saqueo histórico del cobre peruano.

Este Presidente escucha, efectivamente, pero a los medios de comunicación, que tienen una agenda de renovación de actores políticos, más no cuestionan el sistema, que es el principal problema. La izquierda debe jugar un partido fuera de la cancha que imponen los medios de comunicación, proponer Nueva Constitución es el mayor acto de rebeldía que podemos hacer. Pero si no lo hacemos desde el poder, aun logrando nuestro objetivo, vamos a ser espectadores de una Asamblea Constituyente para ratificar el capítulo económico, no es una cuestión de consigna, sino de estrategia a largo plazo más allá de los cálculos electorales. Nueva Constitución sí, pero desde la unidad, como diría Mariátegui desde la tribuna de la Universidad Popular de la FEP: "Somos todavía pocos para dividirnos. No hagamos cuestión de etiquetas ni de títulos."


Escrito por

Marco Jeanpaul Apaza Gonzales

Laboralista de la UPC. Columnista de PoliTeknik International. Dirigente de la FEP.


Publicado en

Edificio República

Este espacio esta completamente parcializado y no es objetivo.