En el Perú tenemos un movimiento estudiantil desde inicios de la República, pero no fue hasta 1916 que tenemos un nivel de articulación interuniversitario entre estudiantes que permita la fundación de un gremio nacional. La Federación de Estudiantes del Perú (FEP) como estructura nace a mediados de 1916, pero es reconocida legalmente en 1919, se consolida en el Congreso Estudiantil del Cusco de 1920, quizá este es el hito más importante del movimiento estudiantil peruano, por los personajes que participaron, por la agenda adelantada a su época que debatieron, y por las conclusiones que cambiaron drásticamente el desarrollo de la política peruana.

La FEP en sus inicios organizaba únicamente a los universitarios, había entonces unas decenas de universidades públicas, el fenómeno de la universidad privada aparecería después al surgimiento de la FEP. Desde hace algunos años, calculo que hace 30 o 40 años, la FEP incorpora a los institutos, escuelas de arte y colegios en su estructura orgánica, siempre los universitarios hemos tomado el liderazgo del movimiento estudiantil, por eso mismo, nos dedicamos también a organizar otros niveles de enseñanza, la lucha comienza en la escuela, eso hemos aprendido de las experiencias chilenas.

Existen muchas tendencias en el movimiento estudiantil, yo considero que en la historia destacan dos principalmente: el aprismo y el comunismo, ambos con sus máximos exponentes que fueron parte de alguna forma de la FEP, José Carlos Mariátegui fue profesor de las Universidades Populares de la FEP y Víctor Raúl Haya de la Torre, fue presidente de la FEP. Cabe resaltar que actualmente la FEP tiene una conducción progresista, democrática, patriótica y antiimperialista, de hecho, en nuestro estatuto permanece como principio el antiimperialismo pese a que algunos quisieran modificarlo. La presencia de las ideas de Sendero Luminoso se mantiene en algunas universidades, por influencias de profesores fundamentalmente, quizá estos sectores son los únicos que bregan por sabotear la unidad del movimiento estudiantil, esto sin éxito.

La FEP es quizá la organización juvenil más importante del país, por su historia, tradición y victorias. Se crea, como comenté en una respuesta anterior, en 1916, pero se consolida recién en 1920. Su éxito radica en el ejemplo encomiable de la Reforma Universitaria de Córdoba, Argentina. Esto trajo un sentimiento de integración estudiantil en el país que creo las condiciones para las luchas que emprendería esta naciente institución, principalmente de confrontar dictaduras militares.

La FEP es un organismo vivo, que no solo es historia, sino también presente, tiene dirigentes que luego fueron presidentes, congresistas, líderes sociales, ilustres literatos, investigadores y académicos. Hoy nos encontramos en camino al XXX Congreso Nacional Ordinario en medio de la polarización por la segunda vuelta en las elecciones presidenciales. La FEP es quizá, la mejor garantía de una juventud que ejerza el pensamiento crítico, que guíe el destino del país, como diría José Carlos Mariátegui, gran intelectual peruano: “La juventud no es la esperanza del mañana. Es la acción de hoy, o no es nada.”

Hay muchos momentos icónicos, pero si tuviera que quedarme solo con 3, escogería la fundación de la FEP y las Universidades Populares, la lucha de las 8 horas de los trabajadores y estudiantes, y la Ley Universitaria N° 13417 que trajo consigo la experiencia de los gobiernos tripartitos. Expongo cada uno brevemente para su conocimiento.

Respecto a la fundación de la FEP, si bien es cierto su fundación se realiza en 1916, es recién en el I Congreso Nacional Ordinario donde se llevan a acuerdos orgánicos y se uniformiza el movimiento estudiantil peruano, respecto a esto hay una investigación del Dr. Elmer Robles Ortiz que prefiero citar por la contundencia de sus palabras:

“El concepto de Universidad Popular, más avanzado que el de la extensión universitaria, comenzó a practicarse en México por el “Ateneo de la Juventud”, antes que en el Perú. La Universidad Popular Mexicana (1912) fue fundada por los estudiantes agrupados en el Ateneo de la Juventud, entre ellos: Antonio Caso, Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Pedro Henríquez Ureña; fue un centro cultural destinado a los trabajadores. Y en Córdoba, Argentina, previo al movimiento estudiantil iniciado en 1918, ya funcionaba una institución de este tipo. La primera tentativa por darle vida a las Universidades Populares, desde el ámbito académico, surgió antes, en la Universidad Nacional de Trujillo, cuando en 1916 el Centro Universitario pasó a manos de jóvenes que no se identificaban con las autoridades políticas de entonces, como tradicionalmente ocurría. En dicho año, la junta directiva pasó a otras manos, a la de jóvenes que venían realizando actividad intelectual fuera de las aulas, así como de acercamiento a los trabajadores manuales.”

En el Callao, principal puerto del país, surgió un movimiento obrero que sería preludio de la conquista de las 8 horas como jornada máxima de trabajo. Este hecho histórico para la socio-economía nacional, tendría origen en las Universidades Populares que fundó la FEP, donde los obreros luego de largas jornadas de trabajo, debatían sobre su condición, vida y penurias, llegando a la conclusión de que la organización era clave para sus objetivos. En este trascendental hecho, concluido el 15 de enero de 1919, tuvo un rol protagónico la FEP, tal fue el impacto de los estudiantes en la lucha de las 8 horas, que el decreto supremo que normaba las 8 horas de trabajo fue anunciado por el presidente de la FEP en la Plaza Mayor de Lima, para alegría de miles de familias.

Respecto a La Ley Universitaria 13417, puedo comentar que el gobierno de Prado, presionado por el movimiento universitario, tuvo que ceder y promulgar la Ley Universitaria 13417 el 8 de abril de 1960. Esta ley restituyó el tercio estudiantil en todos los órganos de gobierno y reconoció, implícitamente, a los gremios estudiantiles. Los sectores más reaccionarios de la universidad se opusieron al tercio estudiantil, lo que originó una protesta estudiantil que alcanzo envergadura nacional y terminó con la victoria de los estudiantes, la mayoría de docentes descontentos con la ley promulgada renunciaron y fundaron la Universidad Privada Cayetano Heredia, primera universidad privada del Perú.

Tiempo después, entre 1971 y 1973 se se produjo en el Perú una experiencia inédita en el mundo, los gobiernos tripartitos o gobiernos compuestos por estudiantes, docentes y trabajadores. A partir del Congreso Nacional Extraordinario de la FEP de mayo de 1970, se empezó a esbozar la tesis de los gobiernos tripartitos derribando a las autoridades elegidas según el Decreto Ley N° 17437. En agosto de 1971, en la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, se daría inicio a la primera experiencia de Gobierno Tripartito. El movimiento estudiantil cusqueño fue el primero en obligar a renunciar al rector Gonzáles Willis, impuesto por la dictadura militar en 1969. Esta fue la primera experiencia en la cual los estudiantes asumieron el rectorado de una universidad en el país, logrando importantes conquistas en la educación superior pese a su corta gestión.

Creemos en la educación pública, gratuita y de calidad, aunque hay que observar, que no existe gratuidad propiamente dicha en la educación, es financiada íntegramente por el trabajo de todos los peruanos, y por ende, debe servir a los intereses de la patria. En Perú tenemos tres clases de universidades: públicas, privadas asociativas y privadas societarias, estas últimas son las que se conoce como universidades-empresas, donde se lucra con la educación y enmarca lo que es hoy la educación en el Perú, un negocio que hace millonarios a algunos y restringe el ingreso a otros.

La FEP desde la implementación del Decreto Legislativo N° 882, viene resistiendo la mercantilización de la educación con gran empeño, somos quizá el último bloque de resistencia que todavía cree en una universidad libre y de amplio pensamiento crítico, donde germinen las grandes transformaciones sociales que el país requiere. Desde la llegada del mercado a la educación, miles de jóvenes han renunciado a la educación, hoy por la pandemia, la cifra se ha multiplicado llegando a casi el 40% de deserción estudiantil. Hemos luchado y seguiremos luchando hasta garantizar educación para cada peruano.

El gobierno actual es fruto de la permanente crisis política que vive el país, entrada y salida de presidentes por casos de corrupción, aunque algunos creen que es algo extraordinario, no lo es, tenemos sentenciados o investigados a todos los ex presidentes luego de la dictadura de Alberto Fujimori, diría sin temor a equivocarme que la regla general es tener corruptos en el poder, salvo gloriosas excepciones.

En torno a la coyuntura nacional, que en unos días puede cambiar drásticamente, por la entrada de un gobierno de izquierda, existe la expectativa optimista de que todo puede mejorar, pero el aparato del estado está caduco, lleno de burocracia y corrupción, cualquier cambio estructural en la educación, debe ir de la mano de una Nueva Constitución y la reforma integral de las instituciones públicas, repensar el país hoy significa combatir la corrupción.

Keiko Fujimori, hija del dictador del que hablé párrafos atrás, es la adversaria a la propuesta progresista de Pedro Castillo, con las credenciales de su padre, rodeada de sus asesores y personal de confianza, enarbolando las banderas que tomó en los 90’s, no podemos confiar en una propuesta democrática. Desde la FEP hemos tomado la difícil decisión de respaldar la candidatura de Pedro Castillo pese a las inconsistencias que presenta su programa y candidatura, creemos que en un gobierno de amplia participación popular, podremos sacar adelante la reconstrucción nacional.

Actualmente hemos aprobado una Plataforma Nacional de Lucha que busca mitigar los efectos de la pandemia en la educación, sabemos que debemos dar prioridad a contener las consecuencias sociales, económicas y políticas causadas por el COVID-19, por ello, hemos dispuesto suspender temporalmente la lucha histórica que llevamos los estudiantes por reconstruir nuestros gremios destruidos por Fujimori en los 90’s y promover una auténtica Reforma Educativa desde los estudiantes.

Contener la deserción estudiantil es la tarea de la FEP, en búsqueda de esto hemos logrado promulgar con presión desde las calles y las redes sociales, dos proyectos de ley, uno enfocado a obtener el grado de bachiller de forma más rápida y eficiente en las universidades, y el otro, destinado a reducir los costos de la educación privada en el contexto de Estado de Emergencia Nacional, suspendiendo moras, prorrateando deudas, posponiendo trámites engorrosos y exigiendo la disminución de las mensualidades en al menos 20%, proyecto que sigue siendo detenido por el gobierno de turno.

Hemos discutido mucho en nuestros eventos oficiales, antes de la pandemia y ahora mismo, sobre estas cuestiones, sabemos que tenemos una historia muy rica, que cada biblioteca del país custodia nuestro pasado, con grandes personalidades en nuestra dirigencia, pero no se puede vivir del pasado, hoy tenemos que reconquistar derechos estudiantiles que fueron desaparecidos en la Reforma Universitaria del 2014, hecha por burócratas, tecnócratas, y bajo la influencia del Banco Mundial.

Hay un punto que considero esencial, la FEP siempre ha sido una institución de lucha, de manifestaciones en las calles, de defensa de la democracia y el estado de derecho, pero siempre desde la queja, el reclamo, la protesta, nunca desde la propuesta, precisamente por ello, hace algunos años hemos decidido integrarnos gradualmente en la política nacional, respetando nuestra autonomía organizativa, la neutralidad que debemos profesar y la independencia de los dirigentes.

La consigna es no quedarse en la comodidad de nuestros locales gremiales a esperar que alguien resuelva nuestros problemas, es momento de que nosotros seamos los que conduzcamos ese cambio, que hagamos esas reformas. En ese camino estamos, reconstruyendo el movimiento estudiantil peruano que fue desecho por la dictadura de Fujimori, que intervino universidades y asesinó estudiantes, luchando por el presente, pero sin olvidar el futuro, que es entregar al país una alternativa viable de gobierno que logre implementar la gran Reforma Educativa que requieren los pueblos del Perú.